Aunque pocos tenían esperanzas en la selección paraguaya, dirigida por Eduardo Berizzo, el entrenador sabía que el equipo tenía con qué complicar a los locales y así lo demostraron en el terreno de juego. Brasil no encontró los caminos y falló cuando los tuvo, sin embargo, Paraguay también se supo defender y así sacó un empate que llevó a ambos seleccionados hasta la definición desde el punto penal donde la precisión la tuvieron los dueños de casa.
Los guaraníes, que apenas sumaron 2 puntos en sus tres primeros partidos, lograron meterse a los cuartos de final de la Copa por diferencia de gol y apenas con eso, estuvieron muy cerca de ser semifinalistas.
Pero esto no es la primera vez que ocurre pues el equipo albirrojo parece estarse acostumbrado a avanzar en el certamen continental sin necesidad de ganar, situación que se corroboran los datos: de sus últimos 22 partidos, la Selección de Paraguay apenas ha ganado 3 y entre la edición 2011 y la 2019, apenas consiguió un triunfo en los 90 minutos, habiendo disputado 19 encuentros.
Sin embargo, aún más llamativa resulta la ubicación o la fase en la que los paraguayos han dejado la competición desde la mencionada edición 2007, cuando arribaron a los cuartos de final tras clasificar como segundo de su grupo con dos victorias y una derrota.
En 2011, los paraguayos llegaron a la final luego de empatar todos sus partidos: clasificaron como mejores terceros con 3 puntos, empataron con Brasil y le ganaron por penales en cuartos, repitieron la fórmula en semifinales con Venezuela y perdieron con Uruguay.
En 2015 ganaron un partido, empataron los restantes dos, eliminaron a Brasil en los cobros desde el punto penal con un empate en cuartos, cayeron con Argentina en semis y perdieron el partido por el tercer puesto con Perú.
En 2016, perdieron todos sus partidos y resultaron eliminados en primera ronda. Pero ahora, en 2019, tres años más tarde, estuvieron muy cerca de volver a hacer historia, como ya se mencionó, empatando dos partidos, perdiendo con Colombia y, nuevamente, llevando a Brasil a la definición desde el punto penal.
Como se puede observar, no se sabe bien si esto es suerte, estrategia o, simplemente mediocridad, pues el premio lo recibe un equipo que no gana y que hasta podría coronarse campeón con simples empates teniendo en cuenta la baja cantidad de participantes.