El clásico entre Barcelona y Real Madrid programado para el pasado 26 de octubre no pudo ser jugado debido a la tensión se vivía en la región de Cataluña, por lo que se tomó la decisión de aplazar el partido.
Según el diario 'El Mundo', de no haberse ejecutado la suspensión del partido ya existía un plan para evitar que este se jugará y dar un golpe de opinión debido a la trascendencia del partido.
La forma en la que se buscaba sabotear el clásico español consistía en evitar que el bus de Real Madrid llegará al estadio y eventualmente al Estadio Camp Nou, además, estaba previsto boicotear el sistema eléctrico del estadio de Barcelona para provocar la caída de la señal televisiva.
Finalmente, ninguna de estas acciones pudo ser realizada debido a que las autoridades se enteraron de estos planes y el partido tuvo que ser aplazado para evitar que se ejecutaran. El partido fue programado para el próximo 18 de diciembre.