La vida de Luka Modric fue siempre un entrenamiento para la batalla. Difícil y sin duda más doloroso resultó su proceso fuera de las canchas, pero todo sumó al final como preparación para esta lucha que él mismo eligió, contra Francia, en el estadio Luzhnikí de Moscú.
Antes no tuvo tanta suerte. La guerra en Croacia le arrebató a su abuelo y su familia, en medio de las más difíciles condiciones económicas, huyó con él a Zadar donde salvó su vida y, con el tiempo, la de todos los suyos. Con 10 años y usando canilleras de madera se reportó al Dínamo de Zagreb (2003), al Tottenham (2008) y al Real Madrid (2012), el laboratorio perfecto para buscar lo que estará en juego ahora. A sus 32 años, el director de la orquesta croata ya tiene 4 Champions, 3 Supercopas, 3 Mundiales de Clubes, 1 Liga de España, 2 Supercopas y una Copa de Rey en la cuenta. Saber ganar, sabe.
Por eso entre los hinchas croatas nadie duda del gigante del mediocampo, ese que apenas mide 1,72m de estatura, lo suficiente para entender el juego y dominar el espacio de la cancha con una claridad apabullante, como ningún otro jugador en todo el Mundial de Rusia.
Es difícil que Croacia superara todas las dificultades que ha ido viviendo en esta Copa sin la solidez de su volante retrasado para la marca pero adelantado para el ataque, cuyo premio fueron dos goles (a Argentina y Nigeria) y, más que nada, una clasificación a la final que muchos de los 4 millones de croatas no llegaron siquiera a soñar.
A Rusia llegó con 42 partidos a cuestas y ya lleva 6, además de los 10 de la eliminatoria. Aquí habla fuerte y claro a la hora de pedir respeto por su bandera: “Deberían ser más humildes y respetar a los adversarios”, les dijo a los ingleses, minutos después de haberlos devuelto a casa.
Para Rakitic, su compañero en la selección y acérrimo rival en su club, debería haber ganado ya un Balón de Oro. Para su técnico, Zlatko Dalic, el torneo ruso debería coronarlo por anticipado: “Eran favoritos Ronaldo, Messi o Neymar pero Modric les ha ganado en el campo. Por su gran temporada en Real Madrid y Europa es el hombre del torneo”, dijo.
Modric es realidad, talento, lucha, precisión, sacrificio y gol. Un jugador experimentado, confiado y en el pico más alto de su carrera. Sobre él se construyó la seguridad croata. Sobre su figura se armó el ejército que apunta a la batalla final contra los franceses: Es ahora o nunca.
Jenny Gámez A.
Editora FUTBOLRED
Enviada Especial
Rusia