La mala hora

Nicolás Samper habla de las declaraciones que se hicieron en Independiente sobre Nicolás Benedetti.

Nicolás Samper, columnista invitado.

Foto: Archivo Particular

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23 de enero 2019 , 12:23 a. m.

La cosa comienza así: Nicolás Benedetti, jugador de grandísimas condiciones y una de las perlas con las que cuenta el Deportivo Cali se transforma en el hombre para mostrar en la vitrina. Su excelsa calidad ha hecho que varios clubes pregunten por él con sobrados motivos: su condición de conductor, su visión panorámica de la cancha que lo ayuda a ver el resquicio necesario para habilitar al delantero sediento de gol. Y Benedetti también le gusta estar presente en las planillas en las que se resaltan aquellos que marcan tantos. Es decir, cuenta con todas las herramientas para seguir triunfando en el fútbol.

Muy joven hizo parte de ese maravilloso kínder del Cali que, conducido sabiamente por Fernando Castro alcanzó el título del torneo colombiano en el Apertura del año 2015. Y su trayectoria empezó a ser vista, su juego en la cancha resulta seductor porque sabe con la pelota y mucho y es uno de esos futbolistas en los que, si sigue por esa buena senda, tiene la posibilidad de marcar el futuro de Colombia en su posición. Es que ojo, apenas cuenta con 21 años, así que seguro lo que viene para él será más que bueno.

Independiente de Avellaneda -uno de los clubes grandes de Argentina- empezó a averiguar por él: Ariel Holan precisa un tipo que conduzca los hilos de su escuadra y ahí surgió su nombre. El valor: 6 millones de dólares por su ficha. Pablo Moyano, vicepresidente de Independiente decidió bajarle el pulgar: Moyano, señalado en su momento de hacer presuntas asociaciones ilícitas con barras bravas para desfalcar el club que dirige, fue acusado en su momento por ‘Bebote’ Álvarez -peligroso barra de Independiente- quién comentó que Moyano habría desangrado al rojo en cerca de 30 millones de dólares en contubernio con su padre Pablo, presidente de Independiente, quedándose con el dinero de transferencias de algunos futbolistas de la institución y afiliando a hinchas de peñas y del sindicato de camioneros como socios pero quedándose con ese dinero.

Ese señor, de antecedentes no tan amables, comentó por lo alto que en Avellaneda no iban a estar dispuestos a pagar una cifra tan alta por un jugador que tenía problemas en su vida personal, sin dar más detalles al respecto. Al parecer Independiente habría ofrecido inicialmente 4 millones de dólares por el futbolista. ¿Por qué ofrecer y mostrar interés inicial en un hombre que tiene ‘problemas personales’?

Todo suena a una conjura para ensuciar a Benedetti. Dejar esa frase sobre la mesa es crear un prontuario sobre alguien que no lo tiene; suena a jugada sucia de alguien que parece estar acostumbrado a esas movidas. Suena a “si no es mío, lo voy a joder”. Suena desubicado y desleal lo de Moyano.

Como en “La mala hora”, de García Márquez, en donde empiezan a acusar a enemigos políticos de pecados no cometidos solamente para joderlos y crear un clima de mierda alrededor de ellos, Benedetti es hoy la víctima de las versiones etéreas un dirigente de esos de poca casta, de esa raza de directivos que en el fútbol desgraciadamente nunca desaparecerá.

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